En carga rápida (a partir de 44 kW), y en modo 4 la energía se transfiere directamente en corriente continua al vehículo.
Normalmente estas cargas suelen ser a 50 kW.
En las cargas rápidas, los vehículos aprovechan la máxima potencia de carga hasta que las baterías alcanzan el 80% de carga, y a partir de ahí baja la potencia para permitir que el vehículo haga un balanceo de las celdas de la batería.
Así, un vehículo con batería de 40 kWh que requiera una carga completa tardaría, cargando a 50 kW tardará menos de 40 minutos para llegar al 80% de la carga y prácticamente 1 hora en alcanzar el 100% de carga.